Recuerdo aquel día que te vi llegar, aquel día que pensé; ¿De qué va?. Él era el típico machango que no hacía nada por nadie, sólo miraba por él
y no le importaba nadie más. Aquellos días no podía sacarmelo de la cabeza, y la verdad, sigo sin entender el por qué.
Cierto día llegué a clase como cualquier otra mañana. Aquel día nuestra tutora estaba dispuesta a cambiarnos de asiento a todos, puesto que el orden era desastroso.
¿Por qué?, justo me había tocado sentarme con aquel machango sarnoso, con aquel niñato que no hacía nada.
Los primeros días casi ni nos mirabamos hasta que decidió hablarme para preguntarme por los deberes, algo un tanto extraño.
Poco a poco iba conociéndolo cada vez más y ... me había dado cuenta de que ese niño era algo más que un verdadero paleto. Era simpático e incluso un tanto cariñoso.
Iba pasando el curso y cada vez iba cogiéndole más cariño, de vez en cuando hasta pasábamos algún que otro rato juntos.
Recuerdo aquel día en el que empezaste a molestarme. Te decía que pararas pero no lo hacías, entonces decidí darme la vuelta y pegarte con la botella de agua en la cabeza. En ese momento tu me empujaste contra la pared y me miraste a los ojos, sentía que cada vez te acercabas más pero.. nos pudo la timidez.
A día de hoy no he olvidado esos ojos verdes, esos ojos verdes mirando intensamente mi cara de niña.
28.10.2006, Te amo.